Hoy me enfrento a un momento que nunca quise imaginar: tu despedida de Ferrari. Es un adiós que deja un nudo en mi garganta, pero también una huella imborrable en mi corazón.
Carlos, desde el primer día que te vi vestir de rojo, supe que no solo venías a pilotar uno de los monoplazas más icónicos de la historia, sino también a demostrar que el trabajo duro, la pasión y la perseverancia son la clave para alcanzar los sueños. Desde entonces, no solo me hice tifoso de Ferrari, sino sobre todo, de ti.
Jamás olvidaré la emoción de verte cruzar la línea de meta en Silverstone, consiguiendo tu primera victoria con Ferrari. Ese día sentí que celebraba contigo, que tus lágrimas de felicidad eran también mías. Fue un momento único, uno de esos que hacen que todo valga la pena.
Pero lo que más he admirado de ti es tu carácter. Aunque las cosas no siempre salieran como esperabas, jamás dejaste de darlo todo. En cada curva, en cada adelantamiento, siempre fuiste un ejemplo de esfuerzo, lucha y humildad. Defendiste los colores del Cavallino Rampante con dignidad y pasión, y eso nunca lo olvidaré.
Ahora que llega el momento de verte partir, quiero que sepas que no importa dónde vayas o qué colores vistas, yo siempre estaré de tu lado. Porque más allá de cualquier escudería, soy parte del equipo de Carlos Sainz. Seguiré apoyándote con el mismo entusiasmo, celebrando tus triunfos y sintiendo orgullo en cada paso que des.
Te deseo lo mejor en este nuevo capítulo que comienza, porque estoy seguro de que seguirás demostrando el gran piloto y la gran persona que eres. Gracias por cada momento inolvidable que me diste en Ferrari y por inspirarme a creer en el poder del esfuerzo y la perseverancia.
Hasta siempre, Carlos. Nos vemos en la pista, donde sé que seguirás haciendo historia ❤️