"Yo finjo que estoy bien, que no tengo un torbellino de emociones y pensamientos enredándose en mi cabeza como los cables de mis viejos auriculares en mi bolsillo.
Esos cables, retorcidos y enredados, forman un caos intrincado que parece tener vida propia.Comienzo a trabajar en los nudos, deslizando mis dedos con cuidado entre los cables, tratando de deshacer los lazos que se han formado. Pero cada vez que creo que he progresado, encuentro otro nudo que necesita atención.
En algún punto, me rindo. Decido que es hora de simplemente aceptar la realidad de que los cables nunca estarán completamente desenredados. Entonces, con una especie de aceptación resignada, los conecto a mi teléfono tal como están, enredados y enmarañados. La música comienza a sonar en mis oídos, y aunque los cables enredados son incómodos y un poco molestos, ya no importa tanto."