¡Hola, fantasmas! Mi nombre es un misterio misterioso. Lo sé, lo sé, puede tender a sonar coloquialmente risible.  Pero en algo sí tengo razón: que es tan reservado como el porqué del sobrenombre que utilizo para referirme a ustedes. Así que por el momento solo puedo compartir que soy una chica con una personalidad también misteriosa. Je, je, la chiquilla se quiere hacer la re interesante.
Bueno, bueno. Probablemente esta descripción sea modificada, acortada o alargada con el paso del tiempo, porque ahora estoy con un oído en un tema de física, un ojo en un ejercicio de álgebra y una mano en un procesador de texto redactando este chisme. Pero en el momento en que la escribo (a dos minutos de que mi receso académico finalice) deseo contarles un poquito (muy poquito), no de mí, más bien de algo que nos espera, a ustedes y a mí. 
Deseo con mi corazón que aunque premisamente parece inexistente, que alguna personita lectora respetuosa y con buenas intenciones (con todo el derecho de ganarse el mote de fantasma), lea esto y continúe dando un paso más para llegar a los libros que con mucho empeño, dedicación, imaginación, pero sobre todo mucho amor y vivencias, estoy redactando. Por el momento estoy escribiendo una historia: Efecto Indeleble: Una historia permanente, escrita por tinta indeleble; donde las premisas limitaciones son redactadas con inexistencia. Y esa historia tiene entrañas que pa' qué les cuento, dejemos eso para otro momento, para ser más exactos, en unos meses.
No es tarea fácil. He pasado por muchas etapas en este periodo de escritura. Pero créanme que yo escribo porque es mi manera de desahogarme, solo eso. Es como si el papel fuera esa persona de confianza con la que cuentas para ser escuchado. 
Esta historia nos espera. A mí para finalizarla, a ustedes para darle vida y, ella para alegrarnos la nuestra. Y esto apenas es el comienzo. No es por ahora, es por mucho tiempo más. ¡Gracias futuros y recientes fantasmas! Besos y abrazos indelebles.
BS.