Ya se nos va este año, quedan solo unos días y booooom... 2020.
Sinceramente, acabo de pasar por situaciones de mierda, si, mierda. Estuve tan bloqueada, me sentía tan perdida de alguna forma y tuve tantos momentos de pánico y crisis existenciales que hoy solo puedo pensar en lo ingenua que fui... Estas últimas semanas me sirvieron para aprender de una vez a no temer al futuro, a no temer a los cambios y sobre todo, a no temerle al mundo. Entendí que no importa si tengo varías inseguridades sobre mi aspecto o mi forma de ser, que no importa si otras personas traicionan mi confianza, que no importa si me equivoco o fallo reiterada veces sobre algo importante para mí... Necesito animarme, arriesgar, tropezar las veces que sean necesarias y seguir; siempre seguir adelante.
Y jamás hubiese podido lograr esto sin la ayuda de mi familia, una familia que me ama y me apoya sin medidas. Siento que estoy a años luz de distancia de la chica insegura y temerosa que solía ser.
Me siento totalmente inspirada, me siento completa. Y últimamente estoy escribiendo más, pensé en revisar mis historias y decidir eventualmente el continuarlas o darles un final.
Pero se, que en este nuevo año no quiero dejar nada a medias, ya no pienso quedarme estancada porque realmente deseo superarme cada día y continuar.
Espero que este 2020 esté lleno de bendiciones y que todas las personas pierdan ese temor a lo que sea que esté atormentandolas. Y hablen, no se guarden nada porque hacerlo enferma... Busquen ese consuelo en su familia o amigos porque en verdad, a veces es lo único que necesitamos para salir del cascaron.
Los amo y les deseo todo lo mejor, A.