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— Serafín.. — repetiría lentamente.. no era estúpido, sabía que se trataba de un ángel, no era religioso ni nada por el estilo, pero una parte de él creía que los ángeles lucían espantosos o aterradores. 
            — Si, soy Punpun.  — diría simplemente, ser un humano rodeado de cosas raras era lo que menos le importaba o más bien, lo único raro que conocía era la propia humanidad. 

( Soy Aylen por si no recuerdas TT ) 

Suspiro relajado, al parecer no era nada malo, por un momento creyó que estaba enferma. Antes de poder calmarse por completo observó como volaba de un lado a otro asustada.
            
            —Yo...es que tus mejillas se volvieron doradas hace un rato y no puede ser sonrojó porque ese es rojo, pero ya no lo tienes y el sonrojo va y viene con emociones complicadas que aún no entiendo —explicó con rapidez sin saber que pensar al respecto.

Al ver su reacción quizá no había sido muy claro al explicar el significado de la palabra misma y mucho menos la razón detrás del anonimato.
            
            —Se puede considerar una mala palabra así que...si mi tribu se entera me volverán a encajar espinas de maguey —rio nervioso apartando la mirada mientras se encogía de hombros tan solo unos segundos. Aún recordaba lo mucho que eso dolía, lo peor es que dependiendo la ofensa podían pinchar le la lengua.
            
            Verla tan felíz por una pluma oscura que opacaba su alrededor a diferencia de las suyas le hizo suspirar divertido, ahora que sabía que le gustaba podía estar tranquilo—. Gracias Ayla —
            
            Curioso se le acercó de golpé y con delicadeza uso las manos de la contraria para elevar su mentón. Creía que tocarla de forma directa podría ser una violación a su espacio personal, sin tener en cuenta que ahora mismo estaba demasiado cerca y eso sí era una violación al espacio. Observó maravillado aquel dorado en su rostro ¿Qué era eso? ¿Estaba enferma?...¡¿NO SE IBA A MORIR O SI?! Su rostro curioso se transformó en uno bastante asustado, por un momento creyó que se trataba de aquella enfermedad del sonrojo, pero el sonrojo es rojo, no dorado.
            
            —¿Te duele algo? ¿Eres alérgica a las plumas? —cuestiono con rapidez y le tocó la frente, no tenía fiebre. Le sostuvo la muñeca para verificar su pulso—. ¿Tienes golpe de calor? ¡No te mueras! —la sostuvo de sus hombros casi chillando e incluso la sacudió, por primera vez midiendo la fuerza, no fuera que empeorará su salud—. Eres muy joven ¡Aún tenemos mucho por jugar! —

Decir que lo medito 10 minutos fue poco. Por un lado claro que la dejaría decir esa palabra, por otro estaba lo que su religión decía "No decir groserías porque ensucias el regalo de los dioses que es el habla" y finalmente estaba lo que había aprendido desde que se fue de su aldea...hacer lo que quiera.
            
            —¡Claro! Pero si preguntan yo no te enseñe eso —menciono la advertencia con una cara entre preocupada, nerviosa y seria—. Lo escuchaste de un pajarito —aplico leve fuerza al agarre de sus manos como si aquello pactara un contrato de confidencialidad.
            
            Observó aquella pluma que parecía bailar con las brisas. El sol la acariciaba con tal ternura que parecía resplandecer. La boca se le trabó y la miro atónito. En su tribu una pluma valía más que su peso en oro. Su sonrisa se agrando e incluso se notó que su mirada se cristalizaba así que se aclaro la garganta y tomo la pluma con suma delicadeza, como si está se fuera a desvanecer entre sus dedos—. ¡Gracias! A cambio acepta la mía —se arranco una de sus plumas y la ofreció—. Ahora ten por seguro que cuentas conmigo en cualquier momento e incluso lucharé hasta la muerte para defenderte. También puedes entrar a las islas flotantes de Eragón sin problema —explico. Una pluma solo era entregada a las personas de confianza, además de tener un boleto de entrada y salida a su tribu, un lugar que cada arpía defendía con su vida.

JAJAJJAJA no puedo con ambos asustados, me dan mil años de vida

Me va a matar de ternura!!!

Me encanta como se pone a jugar con la pluma jajaj