•El Laberinto de la Pluma🪶 
Escribe en la sombra, perdido en su ser,
la tinta se agota, no puede creer.
Sus manos se mueven, sus ideas fluyen,
mas su corazón duda, sus miedos confluyen.

"¿Será esta historia digna de luz?
¿O acaso mis palabras carecen de virtud?
¿Quién soy yo para narrar mundos lejanos,
si a menudo mis pasos son inseguros y vanos?"

Sus lectores le alaban, le envían su amor,
dicen que en sus cuentos hay magia y color.
Pero él, encerrado en su cárcel de dudas,
siente que cada página le resulta más muda.

Sus personajes gritan, le piden salir,
pero el miedo al fracaso lo hace desistir.
Corrige, borra, vuelve a empezar,
la certeza lo esquiva; no sabe avanzar.

"¿Y si mi obra es un eco vacío?
¿Un reflejo torcido en un lago sombrío?
¿Qué tal si mi pluma, lejos de brillar,
solo hiere el papel y no logra emocionar?"

Se bloquea, se pierde en un mar de temores,
la pasión que lo impulsa se llena de horrores.
Quiere seguir, pero el peso es inmenso,
cada frase que escribe le parece un pretenso.

Y sin embargo, en noches calladas,
cuando el mundo descansa, sus dudas sonadas,
vuelve a tomar su pluma temblando,
sabe que el fuego en su pecho sigue ardiendo.

Porque aunque el miedo sus alas quebranta,
aunque el eco del fracaso lo espanta,
en sus letras hay algo que late y respira,
un llamado interno que nunca se expira.

Y aunque las veces que cede sean mayores,
aunque sus pasos retrocedan en temores,
su esencia le grita, le ruega escribir,
porque en sus historias, la vida ha de vivir.

Así, el escritor, aún roto, prosigue,
con miedo y valor, a su pluma persigue.
Quizás no lo sepa, no lo quiera entender,
pero su arte, imperfecto, es su forma de ser.