Estrellas nefelibatas.

La bóveda celeste y violeta y azul, ésa llena de destellos infinitos que cavilan en la eternidad y la muerte prematura. Las veo, damas lejanas, observo con detenimiento como alardean de su brillo, de su amplitud por el cosmos. Dicen por ahí que no me oyen recitarles mis versos en las noches de luna llena, ah pero sé que se equivocan, porque me guiñan a veces, y sonrío. La luna me sonríe. Las estrellas brillan para mí, como bailarinas del ballet más perfecto y precioso que existe. Las viajeras azules aún aletean en los inconmensurables rincones de la inmensidad. Cerca, Andrómeda se muestra en su esplendor como un cisne de miles de colores. Los Cangrejos danzan también, y la osita se ve envuelta en resplandor. Oh damas del Infinito distante, no dejen de ser tan preciosas.


Mr. Infímero ~