Fue Mikasa Ackerman quien liberó a Ymir de las cadenas de su amor.
Luego de que Mikasa estuviera en una encrucijada por su primer amor, eligió la sobrevivencia de la humanidad con una acción que posiblemente marque para toda su vida. Dolor, lamento y arrepiento. Noches y días con tan solo el añoro de un momento más con la persona que significó mucho desde que perdió su hogar.
Ella todavía tiene una vida por delante, no se quedó atada al pasado. Tan solo Eren será una pieza más para entender su personalidad, no su futuro. Ella al final de la batalla fue libre, y la libertad tuvo el precio de perder lo que más amaba y tuvo que tomar una decisión. Y en esa decisión que tomó no será irreversible, no se puede. Comprendamos el sentimiento humano del arrepentimiento y añoro.
Un final abierto a las infinitas posibilidades de la vida. Mikasa no se quedará sola. Ella aún tiene personas a las que puede llamar familia.
Hasta luego, Eren.