Maldita sea, no hay palabras para describir los sentimientos que generó en mí esta historia desde el principio, contando cómo Quackity tuvo un claro rechazo a su subgénero durante tanto tiempo que le causó tanto daño a su ser, y cómo poco a poco lo va superando. Esta historia nos da un punto de vista tan diferente a lo que algunos conocen como omegaverse, profundizando lo negativo de la misma. Cada capítulo me ha dejado con un sabor agridulce extrañamente complaciente, aunque la producción de los capítulos sea prolongada, siempre será recompensada con algo que, de nuevo, vuela a llenarnos de dudas como resuelve el misterio de otras! Me encanta.