Al mirar a las demás, siento que estorbo entre tanta multitud. Ellas son hermosas, son delicadas, sus uñas, su cabello, su rostro, su cuerpo, tan delgadas y perfectas; yo, mis uñas mordidas; mi cabello desarreglado; mi rostro con estas grandes ojeras, mi cuerpo, tan imperfecto. Las miro y se me va cada esfuerzo por intertar quererme y aceptarne como soy, odio mi fisico, odio mi personalidad. Odio lo que soy.
Contigo siento que soy hermosa, con cada beso que me das, siento que soy un manantial. Con cada abrazo, me siento nueva y pura. Con cada "Te quiero" siento que vivo. Tú me enseñaste a amarme sin saberlo, me enseñaste a aceptarme sin querelo.
Al verte con personas tan perfectas y bellas, decaigo otra vez, vuelvo a comenzar.
Y es que tú te mereces a alguien como ellas, a ti te gustan como son ellas, y por más que me digas que te encanta eso de mi, que soy diferente, sé que en verdad esperas que imite a las demas, cuando no quiero. Cuando no puedo.
Al verte con ella, veo que son tal para cual, los dos son buenos, hasta su manera de caminar y de hablar.
Te quiero, quiero cada parte de tu ser, y aprecio lo que me dices y como me haces sentir. Pero no puedo obligarte a que sigas aquí, conmigo; porque no lo quieres, y lo sabes.
Si yo no me acepto, si yo no me quiero a mi misma, ¿Quien más lo va a hacer?