Todavía recuerdo ese día en el que te leí sin dame cuenta, pasando de hoja como quién quería la cosa, en aquél "El Marciano" de Andy Weir. Te encontrabas en la página 254, primero entre todas las canciones que Mark Watney tenía como repertorio para escuchar en su estadía en marte. Sin embargo, no te presté atención, y me puse más feliz cuando leí que "el marciano" había escuchado a Los Beatles.

Un tiempo después, me enteré de que habías muerto, gracias a un canal de televisión que lo pasaba como "noticia de último momento". De nuevo, evocando mi desconocimiento hacia ti, cuando mi hermano pequeño me preguntó quién eras, le respondí que habías sido aquél que había hecho dúo con el inigualable Freddy Mercury en mi canción favorita de Queen. 

Por fin, en Abril, a mi hermano le regalaron un libro titulado "La lección de August", que él rechazó por ser de literatura juvenil, pero que yo tomé con curiosidad. 
Fue una historia hermosa. Pero lo que más me llamó la atención fue que el apodo del protagonista era "Mayor Tom", haciendo referencia a una de tus canciones: Space Oddity, cuyo título fue a parar en el buscador de mi computadora.

Entonces, con un simple clickeo en una imagen de un jovencito con un casco que decía GC con anteojos en YouTube, comenzó aquella aventura que tenía ojos celestes de gatito y por nombre David Bowie