Te gusta la poesía. Eres una chica que revive con las historias de amor de los libros. Andas por el mundo sin encontrarle sentido a tu existencia y de pronto te deprimes y admites que eres ansiosa, insegura y dudas de las buenas intenciones porque te entregas siempre por completo. Pero te gusta la poesía; si estás a solas con alguien y te recita te pones a temblar, tus piernas se convierten en gelatina y sientes chorritos del néctar del deseo escurriéndote en las bragas. Te gusta la poesía y a veces te imaginas que te comparan tus brazos con montañas y tus ojos con cielos plagados de luciérnagas mientras te la meten. Pero no todos son poetas y no todos saben llegar a tu punto G el cual no está entre tus piernas sino en tus orejas. Estás bonita, medio pendeja y hermosamente hecha un desastre, tus amigos te dicen que eres un desmadre pero te gusta la poesía.
Las viejas cartas para Ana, Quetzal Noah