Hablé de esto en su entonces en los agradecimientos de Slytherin y The Little Dorks, pero creo que quiero volver a mencionarlo. Slytherin es una historia que, sin lugar a dudas, no solo me cambió la vida, sino que me la salvó. Y ustedes son parte de eso. Cuando empecé a escribir y a comprender que podía ayudar a otros, no solo a mí misma, no quise dejar de hacerlo. Para mí, es un deber, un propósito y una devolución. Es una realidad que Chiara, no solo está basada en mí, sino que muchos de sus monólogos o aquella escena de "Cicatrices al Descubierto" vienen de notas personales (sin fines de publicación) en las que describía cómo me estaba sintiendo. Muchas de las situaciones que estos personajes pasan, me tocaron vivirlas en primera persona y no les voy a mentir que fue casi un alivio sacar todas esas emociones de esa forma. Escribir la manera en la que quería herirme, pero no podía hacerlo, o no como imaginaba. Escribir sobre amigos que no tenía, que eran capaces de aconsejar y acompañar como ninguno. Describir cómo se siente un abrazo al alma, cuando nunca experimenté tal sensación de cariño. Cómo era enamorarse sin haberlo hecho nunca de una persona en carne y hueso. Y, de nuevo, no solo estos personajes me dieron una mano y me acompañaron cuando sufría ataques de pánico y nadie estaba ahí para ayudarme (porque no tenía a quién abrazar), ustedes me cambiaron la vida. Escuchar que muchas de ustedes también pasaron por estas situaciones y que estos libros las ayudaron tanto. Amo tenerlas y amo que comenten, que me escriban y me agradezcan, cuando soy yo la que quiere agradecerles miles y miles de veces. Gracias por haber sido parte de esta historia y por motivarme a seguir adelante cuando ya no puedo más. Sin ustedes, no estaría acá. Gracias, de verdad.