Brayan O.

Hay gente que no merece nada, ni un amor, ni un abrazo, ni un simple saludo, pero lo tiene todo. Hay gente que da a manos llenas y no tiene nada. Tal vez sea la crueldad del ser humano, esos que prefieren un pug a un perro de calle, esos que dicen tener sentimientos y cuando les dan sentimientos no los valoran, esos que cuando otro ser cruel les desprecia andan decaídos gritando a 4 vientos que tienen sentimientos. Tal vez me contradiga pero ¿en qué mundo injusto vivimos? Siento un gran rencor por esos seres, que son muchos y que fingen no serlo.
          Al diablo con sus ayudas a los necesitados, al diablo con sus bendiciones, sean sinceros por un año y traten bien por siempre.
          Y no es que me aparte de ellos, yo también fui hipócrita, también llore en la tumba de alguien al que no supe valorar, pero en fín, yo también busco respuestas como ¿Por qué conocemos a las personas que se irán? Seguiré mi busqueda y si no es aquí que sea en el cielo, porque no soy Ateo, soy Agnóstico.

El problema es que ustedes estando en el momento sólo hacen una cosa y en otro instante van y hacen otra cosa, yo en cambio, en el momento estoy contigo, pero además también estoy pensando, creando y haciendo, y en otro instante hago lo mismo. Jamás dejo de hacer, pero nadie nota que a pesar de que charlo contigo y vez que te doy tanta prioridad, también estoy priorizando miles de cosas más, ellos dan prioridad, y en otro momento no, se llama dar importancia.
          Lo siento, pero creo que estoy bien.

Ya no parece poético lo que escribes. Es como si te centraras en responderle indirectamente a alguien, como si a ese alguien le importaras, ¿no es obvio que no fuiste nadie? Porque no fuiste ni eres ni serás. Que te quede claro que todos tienen sus prioridades, la tuya ya no debe ser solo en esperar, ya fue.
          ¿Qué si dolió, duele y dolerá? Debes de ser lo suficientemente estúpido para no darte cuenta de la manera en la que te trataba.
          Ya deja de responderle, realmente nunca importaste, ¿nunca te dijeron que las demás chicas se fastidiaban tanto de ti cuando les hablabas de ella? ¿Qué al ver tus ojos ellas se opacaban tanto porque les mencionabas lo indispensable que era una sonrisa de ella?
          Ya deja todo eso a un lado y escuchame, no vine contigo a la montañana para que pensarás solo en ella sino para que la olvidaras.

A una persona no le interesas si sólo te contesta las interrogantes.

Conservo unas cuantas libretas, en ellas expreso por un lado de cada hoja odio, rabia, furia, celos, envidia y tristeza, pero al reverso de cada hoja que escribo suelo plasmar cosas reflexivas, si bien en el celular solo escribo lo que he pensado.
          
          Y así comienza mi día, sin perseguir motivos para seguir en ella, pero así comienza mi historia, construyendo cada reflexión que me haga sentir grato.
          
          
          
          Noche de poesía y recitar con solo un vaso de agua.

El odio es tanto que a veces lo oculto con una sonrisa.

Todos creemos merecer a alguien,
          A esa persona que sea casi perfecta, pero ¿en verdad nosotros lo merecemos?
          ¿Sabemos valorar a las personas? ¿Hemos aprendido a valorar incluso los defectos? No, sin duda alguna nos falta mucho para aprender a valorar.
          Hoy estás de luto por una chica que a pesar de darlo todo (literalmente) no te quiere, mañana te preguntarás ¿verdaderamente ella valía tanto esfuerzo? Quizá no, por el mismo simple hecho que valoramos lo físico, lo subjetivo, es por eso que sufrimos tanto, sufrimos porque creemos merecer a esa chica despampanante que sin duda alguna no te merece, no vale la pena, o tal vez sí, pero lo físico se acaba señores, hay que aprender a valorar, eso nos falta.

Tengo que inventar algo antes de que se me olvide lo que tengo que inventar.

Nunca jamás aceptes que alguien te de una lección de algo que no quieres saber. Falta decir que esas lecciones son dolorosas.
          
          -Vida.

Aquel hombre  de auto lujoso que está esperando a que el semáforo cambie baja el espejo de su coche y se dispone a escupir.
          
          Aquel hombre que cosecha humildemente sus tierras no lo hace porque sabe que es un foco de infección.