CArlytosSXL

No es necesario ser sadomasoquista las venticuatro horas para disfrutar con un contacto sexual que hace un poco de daño. Desde esa postura incómoda contra el cabecero de la que quizá te arrepientas al día siguiente, hasta las ataduras, los tirones de pelo o los simulacros de estrangulamiento, hay una amplia franja para la experimentación. 
          	
          	Quizá es que vivimos agobiados por las responsabilidades y someternos por un ratito a la voluntad ajena es una forma como cualquier otra de relajarse y desconectar. Quizá sociedades tan libres como las nuestras generan también represión. A muchas les sucede como a Milagros, artista, que nos cuenta lo que siente al ser atada: "da mucha sensación de control sobre el propio cuerpo, aunque sea la otra persona la que me tenga controlada".
          	
          	Me gusta sentir que no decido, que me usen como a un objeto, sujetándome con firmeza... No quiero respeto ni amor, quiero lo mío
          	
          	Vamos a intentar penetrar en tu mente como un ariete y poner todos tus prejuicios a cuatro patas. Aunque te duela, no querrás parar

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No es necesario ser sadomasoquista las venticuatro horas para disfrutar con un contacto sexual que hace un poco de daño. Desde esa postura incómoda contra el cabecero de la que quizá te arrepientas al día siguiente, hasta las ataduras, los tirones de pelo o los simulacros de estrangulamiento, hay una amplia franja para la experimentación. 
          
          Quizá es que vivimos agobiados por las responsabilidades y someternos por un ratito a la voluntad ajena es una forma como cualquier otra de relajarse y desconectar. Quizá sociedades tan libres como las nuestras generan también represión. A muchas les sucede como a Milagros, artista, que nos cuenta lo que siente al ser atada: "da mucha sensación de control sobre el propio cuerpo, aunque sea la otra persona la que me tenga controlada".
          
          Me gusta sentir que no decido, que me usen como a un objeto, sujetándome con firmeza... No quiero respeto ni amor, quiero lo mío
          
          Vamos a intentar penetrar en tu mente como un ariete y poner todos tus prejuicios a cuatro patas. Aunque te duela, no querrás parar