/Scourge giraba el martillo de Amy entre sus manos con una soltura que lo hacía parecer como liviano algo que hizo hervir la sangre a la eriza que emite un pequeño gruñido, que a los ojos del ojiazul, solo se veía adorable inevitablemente sacando una risa suave con ternura por eso. La frustración de la eriza crecía ante las provocaciones del erizo verde, con los puños apretados, le pidió una vez más que le devolviera su martillo, pero la mirada traviesa del erizo verde no dejaba lugar a dudas que no tenía intención de dárselo tan fácilmente.
Nah, si quieres tu martillo, vas a tener que hacer algo por mí /dijo señalándose la mejilla con un gesto juguetón mientras guiñaba un ojo/ Nada malo que te disguste. No voy a hacerte daño, no morderé... a menos que me lo consientas~ /añadió entre risas, bromeando con una insinuación sin mala intención, solo con picardía sabiendo que Amy se volvería un manojo de nervios con algo tan simple como eso. Eso lo divertirá más que algo que haria directamente/ Dame un besito aquí, y tal vez me lo piense. /Su risa fue baja, casi traviesa, mientras observaba cómo Amy reaccionaba con incomodidad, como una niña que no quería admitir lo que sentía ante la atención de alguien que no era su adorado principe azul, sino la contraparte villana de él mismo que le provocaba nuevas mariposas. Scourge por otra parte había algo en Amy que lo cautivaba, algo que le recordaba a Fiona antes de que se uniera a su bando. Él siempre está con la emocionante idea de que alguien de Mobius se vuelva audaz y mala por él, como ocurrió con Fiona, pero con Amy... Algo se sentía diferente. Con ella, su naturaleza salvaje se suaviza por alguna razón.
