La navidad me pone triste.
Una mesa más vacía, gente que vive lejos y con los que no puedes estar; gente que viene y va.
Gente a la que se le echa de menos, con las que sonríes cuando os veis a través de una cámara o a la que sonríes al recordarle al ver su foto.
Caerán las lágrimas de nostalgia como llevan cayendo tres años,
caerán siempre.
Pero caerán también las de felicidad, aquellas que nos recuerdan que seguimos aquí por nosotros y por los que ya no están. Caerán esas lágrimas de satisfacción al hacer realidad sueños, y pensaremos en todos esos que estén o no de cuerpo presente, siempre estarán en tatuados en nuestro corazón.
La navidad me pone triste
y nostálgica.