Escribiendo para mi mismo, y si alguien de mis seguidores lo lee, pues, gracias, aquel perderá el tiempo. Esto es para refutar una idea que tenía sobre mi novela: Salgamos del armario.
Cometí el estúpido error de armar cada fragmento de la historia de David y Alex, en mi cuaderno y sobre todo en mi cerebro. Puse demasiado tiempo imaginando todas las acciones de estos dos personajes, que realmente no me da esa chispa de alegría cuando termino los capítulos, y la razón es clara, ya sé todo lo que sucederá con estos dos. Tal vez si hay alguien leyendo esta “confesión” piensa que está bien armar la historia de principio a fin, pero para mí no es así, y me di cuenta hace al rededor de dos semanas. De todas formas seguiré con la historia y espero que esa chispa vuelva a aparecer como cuando escribí el primer capítulo.
Me sucede todo lo contrario en: Olvidando. Esta novela la lee una minoría de lectores, que les agradezco mucho que se tomen el tiempo de hacerlo, pero realmente no busco que mucha gente la lea, ya que la escribo porque me gusta la trama y me divierto con el odio, las peleas,y la enemistad, que hay entre Kevin y Patrick, pero me divierte mucho más escribir cada instante de los pequeños momentos que estos dos van viviendo y que gracias a ellos se termina nombrando aquella palabra cursi: Amor. También está el hecho que esta novela está narrada solamente por Kevin, y que los diálogos no están en guiones, sino en comillas. Estoy seguro que si hay personas que leen: Salgamos del armario y les gusta. Leer: Olvidando, va a ser una locura ir por cada pequeño momento.
Adiós Daniel, y sigue escribiendo lo que te salga del corazón.