El tiempo corre, y creemos que siempre nos quedará un poco. Yo tengo suerte de pertenecer a esa minoría anónima que abrió sus ojos adentro, y los cerro a las luces y carteles. A tanta distracción y musica ruidosa... tengo suerte de celebrar detalles pequeños, y abrazar cuerpos de sombra en mi mente cuando estoy mal... De alguna forma, agradezco este pecado de desear vivir, y no solo pertenecer. Porque me ha quitado todo, pero las pocas piedrecitas que me he encontrado en las arenas de este tiempo... algunas han resultado ser verdaderos diamantes del alma...