Hay muchas personas que son víctimas de sí mismas, que tienen la cabeza tan trastornada que es capaz de controlarlas.

Las voces son mis amigas, ellas mismas me lo han dicho son hipócritas y solo hablan para hacerte daño, por eso son tus amigas porque se supone que te están ayudando.

Tus demonios te controlan, te incitan, te tientan, te mienten y te arrastran hacia el infierno.
Son voces tan despiadadas que te convencen de que tú misma eres un monstro que debe ser asesinado, te explican porque las personas te tratan mal  y hacen que tú misma te castigues, te hacen darte cuenta de cuan horrible eres y lo idiota que puedes llegar a ser. 

Tus demonios terminan contigo para poder liberarte. Liberarte del odio y la hipocresía del mundo te odian porque eres un ángel, uno que ah caído del cielo y no soporta vivir en la tierra, un ángel al cual le da miedo la porquería en lo que se ah convertido el mundo, un ángel que tiene que regresar a su hogar, porque no puede soportar el dolor.

Tus demonios te ayudan a volver, destruyéndote lenta y dolorosamente. 

-¿Oyes voces ahora?
¡Dile que no!
-No.
-¿No?
-No.

Tus demonios te llevan a la perdición, te ahogan, te salvan, te hacen sentir bien y luego te arrastran al infierno.

Lloras pero no lo dices, tienes miedo pero no lo demuestras, sonríes pero nada de eso es verdadero, estas expuesto al dolor, al peligro, sin embargo te haces daño tu misma.