Miedo. Todos tenemos miedo.
El miedo es una especie de sombra que nos cubre. Apaga la luz. Confunde las cosas. El miedo es propio; jamás es compartido. Un miedo compartido se extingue en la luz lejos de la oscuridad y del ocultamiento.
El miedo es un cerco que nos aisla: del mundo, del amor, de los otros, y lo peor... de nosotros mismos. Miedo a la soledad, miedo a la oscuridad, miedo a lo desconocido, miedo al rechazo, miedo a la inclusión, miedo a ser distintos, miedo a ser siempre iguales... Miedo, siempre miedo.
A veces, como en una película, quisiéramos que alguien venga a rescatarnos. Un super héroe, un amor, un viaje, una canción. Un guión escrito a tiempo con un final feliz.
No hay guiones, ni destinos, ni personajes. Ni máscaras para escondernos cuando más las necesitamos.
Escondidos detrás y de una máscara que nos oculte los miedos. Que aunque no nos los quite, los tape al menos, los encierre fuerte dentro de nosotros. Menudo error el del humano a aferrarse a algo que los destruye. Máscaras, que en latín significa "fantasma". ¿Cómo enfrentar tantos monstruos? Transcurridos de generación en generación...
Pero no es así para el arte. Por años y años, la máscara para cantantes, actores, actrices, bufones, payasos, fue lo que usaron para proyectar su voz, expandirla, potenciarla, sacar fuerte los miedos para afuera, ponerlos en el centro de la escena bajo in reflector gigante que los desnude, los achique, los "desenmascare". Gritar fuerte lo miedos para que expuestos a la luz no puedan mas que desaparecer...
Dos mundos, dos conceptos, un solo eterno y rígido miedo. Depende de que máscara usemos el resto de nuestro destino.
- JoinedOctober 24, 2016
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