Es el prólogo de una historia de emiliaco que nunca termine. Espero lo disfruten.
La vida que tuve nunca fue fácil, el mundo en el que nací nunca fue hermoso y las personas que viven en el nunca fueron amables.
Solo había una razón por la que seguía con vida en un mundo tan cruel, la “Grieta” debía ser llenada con la sangre de un ser roto.
Así que cuando la matriarca eligió, mi destino fue decidido, me hicieron un “roto” claro que cuando era un niño no entendía por qué los demás ignoraban mi presencia y los moretones en mi cuerpo, cuando empiezas a tener conciencia de ti mismo y te acostumbras a los golpes, empieza otro dolor, el dolor psicológico, un método que todo “Valcra” sabe usar, luego, cuando no pueden romperte más, hacen que alguien te trate bien, hacen que alguien te importe, hacen que ames a ese alguien porque es aquel único ser que te trata bien, que no piensa que eres repulsivo, y allí mismo, ahí cuando crees haber encontrado un poco de fortaleza, ahí… es cuando te lo arrebatan como a un hambriento le quitan el pan de las manos, pero no solo te lo arrebatan y lo llevan lejos, los Valcra usaran, torturaran, violaran, cortaran y desmembraran aquello que llegaste a amar.
Porque la fase final para un “roto” es quitarle aquello que ama.
