Ha pasado un año. Un año desde que me declaré abiertamente coml una persona que fue herida a quemarropa.
Han pasado muchas cosas en un año.
Él tiene a otra, y yo estoy más que bien con eso. Intentó volver más de una vez, pero me di cuenta que valgo más que ser su segundo plato.
Hablé mucho con Oso (ese es un apodo que solo Oso y yo sabemos que le puse). Me dolió un poco saber que tenía novia, que perdí mi oportunidad con él por andar retorciéndome en la miseria de otro imbécil.
Como sea, soy feliz por ambos. Y por mi. Porque me he dado cuenta de que valgo la pena. Que quizá no me ha llegado el momento o el lugar, pero no estoy tan obsoleta como creí que lo estaba.