Hoy tuve el mayor desánimo y me sentí muy deprimida.
La razón, hoy hace un año empezó la cuenta regresiva para el adiós de mí hermano mayor.
En esta fecha el quedó en coma y los médicos habían dicho que solo le quedaban 12 horas entre nosotros (Mí hermano permaneció más tiempo).
No podía reír, me sentía vacía y me preguntaba, antes de saber el por qué, que me pasaba. Me frustraba sentirme decaída, y más en mí trabajo.
Busque en internet lo que lo causaba y pensé que lo que hallaba era la respuesta; pero cuando mí hermano vino a mí mente, me quebré y lo supe. El dolor de perderlo y saber que ya pronto sería un año era lo que me estaba afectando.
Soporte cuanto pude, pero se me escaparon las lágrimas.
Aún tengo ese dolor reprimido y hoy llegue a ese límite.
Muchos dirán, lo de la casa no lo lleves al trabajo, pero no es del todo de la casa. Es una marca que, aunque se porque pasó, nunca se borrará y tomara algo de tiempo que no arda mucho.
Mí hermano está en un mejor lugar; duerme tranquilo y aliviado, pero hay días en que su ausencia se siente pesada. Cómo un día, de camino al trabajo que pase por dónde el siempre me esperaba cuando regresan tarde de la universidad. Ver ese sitio, me rompió tanto que llore todo el camino.
Poco a poco estoy sacando mí tristeza y espero poder sonreír como antes. Se siente feo estar así. Se siento como tener mucho peso y no poder quitartelo, no importa cuánto te lo sacudes.