Si pudiese teñir mi vida de un color, definitivamente sería de azul.

Nunca me ha gustado leer, nunca imaginé escribir. Pero creo en el cambio. Creo que nunca es tarde para descubrir mundos nuevos y esto me lo ha enseñado la lectura. Tengo que darle las gracias a mujeres como Mercedes Ron y Alice Kellen por enseñarme que donde hay un buen libro no se pone nada.

Me he dado la oportunidad de reinventarme, y ahora además de ser una amante de los libros, estoy descubriendo que escribir también me hace sentir bien, es terapia. Así que espero que disfrutéis de 'Salitre en la Piel', mi primer niño perdido, mi primer libro, y al que tanto le debo.