Izuku dejaba que Katsuki tocara todo su ser, le fascinaba sentirse suyo cada noche cuando el reloj marcaba las 00:00.
A sus ojos estaba el mismo Katsuki Bakugo pero frente al espejo había un esqueleto como la misma muerte tocando todo su ser, mientras el alma de su amado Bakugo podía sentir cada toque que le daba su amante en su cadáver.