En el capítulo de mañana:
Aventándose el uno al otro, riendo, ajenos a que alguien los mira a lo lejos, interesado en cada uno de sus movimientos y reacciones que hacen vacilar si es cierto o no, si la razón para continuar es certera. Si vale proseguir. En el punto que observa que él la atrajo a su pecho y la abrazó con ímpetu para dar vueltas, soltando leves grititos... No tolera más por lo que da media vuelta y se marcha.
No son los únicos en estar en el patio, no los únicos tres.
***
—El animal es enorme, no sé por qué no doy con él... Le debo la vida.