Conny1401

La niña caída.
          	
          	Harta, harta, la niña está harta de todo.
          	Riega sus maldades en surcos arfileños de entrada penetrante en sus pensamientos.
          	Desmiente sus desechos más alocados en los que figura su obra fatal.
          	Intenta solucionar claves de acertijos deteriorados.
          	Y se tortura, se maltrata, se condena.
          	La niña ha caído. Ha sido vencida. Se ha rendido. Y... ha desaparecido.
          	Congela su recuerdo para aprovechar los tiempos muertos.
          	Ingenia despedidas terriblemente lamentables para condenar su sufrimiento.
          	Estira su prolongado silencio para decapitarse.
          	No entra en sus planes alimentarse, ni tampoco morir.
          	Rige sus miedos inesperados en jaulas de alambre desnucado.
          	Tiembla sus pies y sus magníficos peldaños hechos a mano.
          	Ha imperado el vacío en su corazón, razones optimistas se desvanecen en el lago muerto de la alegría.
          	Ya no tiene a dónde ir.
          	Nadie sabe de ella.
          	Y quizás... sea mejor así.
          	
          	

Conny1401

La niña caída.
          
          Harta, harta, la niña está harta de todo.
          Riega sus maldades en surcos arfileños de entrada penetrante en sus pensamientos.
          Desmiente sus desechos más alocados en los que figura su obra fatal.
          Intenta solucionar claves de acertijos deteriorados.
          Y se tortura, se maltrata, se condena.
          La niña ha caído. Ha sido vencida. Se ha rendido. Y... ha desaparecido.
          Congela su recuerdo para aprovechar los tiempos muertos.
          Ingenia despedidas terriblemente lamentables para condenar su sufrimiento.
          Estira su prolongado silencio para decapitarse.
          No entra en sus planes alimentarse, ni tampoco morir.
          Rige sus miedos inesperados en jaulas de alambre desnucado.
          Tiembla sus pies y sus magníficos peldaños hechos a mano.
          Ha imperado el vacío en su corazón, razones optimistas se desvanecen en el lago muerto de la alegría.
          Ya no tiene a dónde ir.
          Nadie sabe de ella.
          Y quizás... sea mejor así.