─ ¡Killer!. ─ Dijó el de prendas doradas, tratando de buscar la atención de su pareja. ─ ¡Mi hermano me dijo que tú podrías explicarme y enseñarme sobre los, uhm- unos tales gemidos!. ─ Se le veía entusiasmado, y hablaba como si nada, ya que después de todo, no entendía, ni sabía un comino sobre el visiado tema.