— ¡Vuelve aquí rata escurridiza!
Los gritos hacían eco en la sala, Kazuha estaba persiguiendo aquel ladrón que le había quitado su katana.
—Practicamente soy un queso, así que soy un encanto para las ratas.
Dijo Roguerfot con una descarada sonrisa, haciendo enojar aún más al samurái.
— ¡Devuélvemelo!
— ¡Cosa brillante que veo, cosa brillante que me robo!
Dijo el rubio para luego escapar de la habitación.
— ¡Minsy!
—No me entrometan en sus asuntos ahora.
La azabache estaba enfrente de una computadora, terminando unos trabajos prácticos para mandárselo a su institución. Aunque no estaba entendido nada porque ya estaba arta de la escuela.
—Desde que ese ladrón llego aquí ¡No para de fastidiarme!
— ¿Y que esperabas? ¡Tal como dijistes! El es un ladrón. Luego me encargo de él, tu ve a meditar o lo que sea.
Otro gruñido de enojo salió del peli blanco, subiendo furioso q las escaleras dónde lo llevaría a su habitación.
—Ahhh, por eso no son jugables ...
En realidad estaba viendo Arcane, qie esperaban.