Kim Jonghyun, te fuiste tan pronto que la mayoría de mortales no logró disfrutarte como era debido, por lo que tu partida fue una terrible noticia para la humanidad y sobre todo para tu familia, amigos y fans.
Pensar que mucha gente no podrá oir nuevamente tu voz o tu preciosa risa, me agobia y crea un nudo en mi garganta que no se quiere ir como la tenaz creencia de que esto es una horrible broma y al día siguiente cuando amanezca con los ojos hinchados de tanto llorar, aclaren que era un clase de chiste enfermizo.
Tengo tanta pena Jonghyun, pena porque partiste de aquí infeliz y sufriendo, tan solo, pero con tanta gente a tu al rededor que luctuosamente no supo como lanzarte un chaleco salvavidas para que te salvaras de morir en vida ahogado en tus propias pesadillas.
Sé que no sirve de nada decir esto, pero cuanto daría para poder salvarte y evitar que terminarás con todo de esta manera.
Me gustaría haberte sostenido cuando estabas tan exhausto de este mundo,
Haber secado tus lágrimas cuando estabas empapado en ellas,
Haber notado tus batallas y reconocido al pobre de ti.
Haberte ayudado.
Pero ya no sirve de nada pensar en un futuro que ya no sucedió.
Ahora limpiaré mis lágrimas y haré lo que tú hubieses deseado, nuestro ángel caído, y es mirar hacia adelante y mantenerte vivo en nuestros corazones y mentes, recordandote hasta la eternidad como una gran y hermosa persona.
Ojalá que este grito desesperado tuyo sirva de ejemplo que la depresión no es un juego. Siempre estar atento de las pequeñas pistas, porque si nos hubiésemos fijado antes, tú aún estarías con nosotros.
A pesar de que aún no creo que ya partiste, te desearé lo mejor en donde sea que este, bebé.
