Hace un montón de tiempo que no aparezco por aquí, esta vez (A diferencia de todos mis anuncios en este tablero) no tengo ninguna excusa, solamente pase por cosas que no esperaba y que no les quiero contar porque en algún momento, estas se volvieron irrelevantes. De lo que les quería contar (Algo que me esta costando demasiado) es sobre algo que no me gusta hablar porque es difícil. Cuando escribí "Las notas de su voz" no comprendía del todo como meter todos los problemas que tenia Helen ya que meterlos era meterme a mi en ese personaje, en un principio esa era la idea, Helen era una versión mía que lograba todo lo que ella quería, era una Helen que era feliz, la situación cambio conforme la escribía, sin darme cuenta cada cosa que hacia Helen era alguna que hice yo en algún momento y eso es algo de lo que no estoy muy orgullosa, las decisiones de Helen no son correctas y que ella a cometido muchos errores pero a pesar de eso creo que tuvo todo lo que necesitaba y merecía. En toda la primera parte del libro Helen no puede verse al espejo, no le gusta ver su reflejo ya que odia lo que ve y no precisamente por su físico, si no que mas bien, no tolera ver en quien se convirtió. Se pregunta que paso con la chica que ella conocía perfectamente y quien es esa que le regresa la mirada en el espejo. De ahí surge la pregunta del libro: ¿Quién soy y por que no me gusto así? Ahora, dejando a Helen de lado, estoy yo, y les cuento esto porque quiero ser valiente, o al menos intentarlo, desde que iba en quinto grado de primaria no toleraba ver mi reflejo, es ridículo, pero no me gustaba y no por que no me gustara mi cara, si no porque, no me reconocía y eso duele demasiado, pasaron tres años antes de que pudiera conocerme bien, decirme "tu eres Daniela, la real y no te vas a ir" Obviamente esto no duro mucho y volví a la misma situación de antes. ¿Por qué les cuento esto? Porque Helen me enseño que todo estará bien y si alguien lo necesita se lo voy a decir: Todo estará bien.