“La felicidad la creamos nosotros mismos. Quizás no tengamos que tener un final feliz, sino una historia que valga la pena. El sentido de la vida, es una vida que tenga sentido. La diferencia entre lo extraordinario y lo ordinario es muy pequeña. La felicidad es un camino y no un destino. Por eso da las gracias todos los días y se feliz, cree en algo y se libre. Sabes lo que he hecho en esta vida, pero no por aquello que tuve que pasar. El amor es similar a un cristal, pues es hermoso, pero fácilmente se puede romper. Cada día es muy especial: saca lo mejor de él. Mañana pudieras tener una enfermedad, por lo que aprovecha lo más que puedas cada día. La vida es mala si tú la haces mala. Si alguien te quiere, no te dejará ir, aun estén en una situación difícil, no lo hará. La vida está llena de momentos muy malos, pero sin ellos, los momentos buenos no significarían nada. Me gustaría ser esa niña que un día malo lo convierte en bueno, aquella que dice que su vida ha cambiado para bien. Lucho conmigo misma, siento dolor, duele, pero no me importa, pues ya estoy acostumbrada. No me juzguen por eso que dejo ver en mi… ¡no conoces mi verdad! El amor no trata de con quién te veas toda tu vida, sino con aquella persona sin la que no te puedas imaginar. No hay ningún motivo para llorar, pues sé que tu estas a mi lado.”