“El sexo no es amor, y tampoco el amor lleva la premeditación del sexo; el amor te tiñe las manos de tonos diversos, el sexo, te tiñe las neuronas de tonos rojos intensos… El amor te lleva a las nubes; el sexo te convierte en pólvora. El amor y el sexo pueden estar unidos por un dedo, por un lazo, por un caucho. Puedes hacer el amor cuando le tomas de la mano, puedes coger con un extraño, y al final, siempre queda ese vacío en el colchón con sabor a soledad, queda esa insatisfacción por no recibir un abrazo, por no tener una charla entre sábanas, porque es cierto, las charlas más sinceras son entre las sábanas, a miradas, a besos, a caricias, a rounds de reconciliación, de arrepentimiento.”
— Daniela Trejo (Sin título)