Danimedio18

*Amiga muerte.*
          	
          	Te recibí como un viejo amigo, con los brazos abiertos y en cuanto entraste a mi habitación... Sólo pude abrazarte, te veías sorprendido, parece que no es una reacción natural. No hubo palabras de por medio, solo silencio. La noche era cálida, quizás por tu presencia o solo era mi propio infierno reaccionando ante tu aura exigente por un final, quisiste ponerme a prueba con cada uno de los miedos que conocías y a todos les di la bienvenida a mi espacio personal. La habitación quedo a oscuras y decidí tomar tu mano, guiarte hacia mi cama y sentarte junto a mi. Miramos juntos el espacio vacío en el muro frente a nosotros y me platicaste del sitio al que iría, pero no estaba preocupado porque... Ya lo sabía, aún así dijiste que no lo merecía "el diablo diciendo que merezco el cielo" no pude evitar reírme "no hay nada que pueda hacerte... Ya estás roto" no esperaba eso... El verdugo por excelencia no sabía cómo ejecutarme y yo... Seguía junto a él sin soltar su mano. Era suave, cálida y algo familiar "esto no debería ser así" mire sorprendido ante sus palabras "puede que no, pero la vida es impredecible" decidí acostarme y el se sentó a mi lado "sabes que si vienes conmigo no podrás descansar" su declaración no me sorprendía "dime una vez que lo haya hecho" *silencio* ya no hubo más palabras de por medio, pero antes de irse me miró y me entrego mi celular desbloqueado, en el había una foto suya y antes de irse observó cómo rompía en llanto y así comprendió mi infierno personal. La vida misma y mi mayor castigo fue la determinación para continuar. Entonces rompiste el silencio "eres fuerte chico" al fin viste a través de mi engaño y solo entonces te fuiste antes de poder escucharme en respuesta decir "no tanto" repentinamente comenzo a llover en mi cuarto determinado mantuve mi postura porque aunque las gotas fluían, mi rostro firme sonreía pese al quebranto

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*Amiga muerte.*
          
          Te recibí como un viejo amigo, con los brazos abiertos y en cuanto entraste a mi habitación... Sólo pude abrazarte, te veías sorprendido, parece que no es una reacción natural. No hubo palabras de por medio, solo silencio. La noche era cálida, quizás por tu presencia o solo era mi propio infierno reaccionando ante tu aura exigente por un final, quisiste ponerme a prueba con cada uno de los miedos que conocías y a todos les di la bienvenida a mi espacio personal. La habitación quedo a oscuras y decidí tomar tu mano, guiarte hacia mi cama y sentarte junto a mi. Miramos juntos el espacio vacío en el muro frente a nosotros y me platicaste del sitio al que iría, pero no estaba preocupado porque... Ya lo sabía, aún así dijiste que no lo merecía "el diablo diciendo que merezco el cielo" no pude evitar reírme "no hay nada que pueda hacerte... Ya estás roto" no esperaba eso... El verdugo por excelencia no sabía cómo ejecutarme y yo... Seguía junto a él sin soltar su mano. Era suave, cálida y algo familiar "esto no debería ser así" mire sorprendido ante sus palabras "puede que no, pero la vida es impredecible" decidí acostarme y el se sentó a mi lado "sabes que si vienes conmigo no podrás descansar" su declaración no me sorprendía "dime una vez que lo haya hecho" *silencio* ya no hubo más palabras de por medio, pero antes de irse me miró y me entrego mi celular desbloqueado, en el había una foto suya y antes de irse observó cómo rompía en llanto y así comprendió mi infierno personal. La vida misma y mi mayor castigo fue la determinación para continuar. Entonces rompiste el silencio "eres fuerte chico" al fin viste a través de mi engaño y solo entonces te fuiste antes de poder escucharme en respuesta decir "no tanto" repentinamente comenzo a llover en mi cuarto determinado mantuve mi postura porque aunque las gotas fluían, mi rostro firme sonreía pese al quebranto

Danimedio18

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          Me pregunto si las recuerdas. Esas noches en las cuales conversamos hasta que tus párpados llegaban al fallo y no había más remedio que descansar, o esos días en los que los estudios nos agobiaron y la compañía del otro fueron nuestros momentos de paz. También podría mencionarte esas veces que cantamos juntos, los vídeos tuyos bailando o inclusive las veces que planeamos a donde querríamos viajar. No sé si tú lo recuerdas, pero cuando yo lo hago... A veces me cuesta respirar, quisiera pensar que estuvo bien, pero no estás de acuerdo. Por eso ahora me pregunto cómo me saco esto del pecho, como le digo al corazon que no me golpee al sentir tu indiferencia, como le digo a mis pulmones que sigan respirando aún cuando ya no sienten tu fragancia, como le digo a mi cuerpo que no me despierte con sus brincos de alegría cuando en un sueño dices que me amas, como puedo continuar viendo ese en línea de una persona que por mi no siente nada. Muchas veces dije que quemaría una ciudad por ti, pero estos sentimientos son quienes me están consumiendo. Quisiera poder aceptar que todo esto es solo una despedida a quien alguna vez considere mi amor verdadero. Lamento lo malo y espero hayas sido feliz con lo bueno, por ahora solo puedo decirte:
          
          Aún hay noches que le hablo de ti a la luna, aunque parece incómoda por el tema, ella sabe lo que yo no y pensar en las posibilidades hace que el pecho me duela, quisiera dejar caer mis párpados a ver si al quedar en completa oscuridad puedo descansar, pero lamento reconocer que aún en el vacío hay momentos que me llevan a ti y recordar que ese en línea a las 1am ya no es por mí.