El unicornio se enamoró del dragón, y para ser correspondido se comportó como dragón. Ya no hacía magia con su cuerno y su pelaje ya no brillaba. Y un día el unicornio se miró al espejo y vio que ya no era el, y el dragón lo miro y no lo reconoció.

A veces cambiamos para ser aceptados, a veces aceptamos para ser cambiados. La vida se basa en cambiar, en dejar y olvidar. Pero, ¿que pasa si no quiero hacerlo?, si quiero seguir esta rutina por siempre, seguirla y morir pensando en que cada 
minuto que viví lo disfruté con la persona indicada para mí?, Acaso...¿No sería mejor?.

Seria mejor, más, dudo que sea posible. 

No podemos ser felices para siempre, pero al menos, disfrutemos el momento. Te llevaré al paraíso, aunque me cueste la felicidad y mi vida. Te haré feliz. Lo prometo.


Tú serás mi persona, tu serás mi cura, tu serás mi mundo y mis fortalezas, tu serás mi 24.




Te amé, te amo y te amaré.