Creemos que una conexión de almas siempre nos salvará.
Pero esta historia no es de esas.
Aquí, amar fue aferrarse entre ruinas ardientes, incluso cuando el mundo pedía soltar.
Aquí, el amor creó océanos para no decir adiós.
A veces, el amor no te salva.
A veces, te deja atrapada en un canto que flota en el viento.
Darki y Yams quedaron unidas, no en un final feliz, sino en un instante eterno donde la fantasía dolía menos que la realidad.
Gracias, Yams, por amar tanto.
Gracias, Darki, por no dejarla sola.
Gracias a ti, lector, por quedarte.
Ahora, suelto esta historia.
Nos vemos en la próxima
¿Crees que fue una realidad o solo otro plan?
— Darki