Unas manos firmes atrapan aquellas que tiemblan debido al deseo. No existe espacio que no quiera ser recorrido o centímetro que quiera ser probado. Las miradas llenas de pesados sentimientos de acunan cada latido del momento. Es agobiante la falta de aire y el calor de cada roce. No hay palabras, solo suspiros y gemidos que se pierden en cada beso. Las huellas cada vez se marcan con más precisión y ambición, es una estenuante batalla donde ninguno desea perder, porque perderse en un cuerpo ajeno, es dejarse caer por alguien que podría consumirte.