El Dios del engaño apareció en el lugar en segundos después, acomodó su capa y suspiro ligeramente encaminándose hacia el pecado manteniendo una expresión seria y bastante relajada en si —¿Que haces? —Pregunta curioso observando al pecado de espaldas a este por lo que se acercó deteniéndose a una distancia adecuada.