Quería ser grande.
Tan grande como los arboles de cerezos que solíamos observar.
Así que, sin darme cuenta, empecé a escalar y obtuve una gran felicidad.
Pero te lo juro, de verdad, yo no quería a tus cuestas avanzar.
Con tristeza, desde las ramas te suelo observar
Como cada día me empiezas a fallar
Caminando a mi sombra como un día yo lo hice a la tuya
Mas ¡Oh, querida hermana!
Mis premios no pienso abandonar.
Pues bastante me han costado, sin tu ayuda, ya
Sin embargo a ti no te pienso abandonar
Mientras tanto seguiré escalando los arboles de cerezo
Esperando que algún día, que se qué llegara,
Puedas alcanzarme y juntas la cima tocar.
Dejo esta nota a tu nombre. En este día, como tanto otros, brindare por ti y tus esfuerzos, aunque ineficientes, marcables.
Atentamente:Tu hermana menor