Soy Emperatrizdelpecado, y no pido permiso para existir. Vivo entre sombras y tinta, con la mirada fija en las grietas por donde se cuela la oscuridad. Me seduce el Dark Romance como un veneno dulce: quiero historias donde el amor duele, donde los besos saben a pólvora, y los 'te quiero' se dicen con sangre en los labios. Me fascinan los villanos heridos, los héroes rotos, las protagonistas que arden incluso cuando lloran. Escribo porque no sé estar callada, porque mi mente hierve de escenas que me susurran a las tres de la madrugada.

Soy escritora de momentos robados. A veces me encuentro tecleando palabras en el borde de mi cama, en cafés solitarios o en la penumbra de mi habitación, con música que retumba en mis auriculares y me sacude el pecho. La soledad no me asusta; me construye. Es en esos silencios donde nacen mis mejores monstruos y mis peores pecados.

Me gusta el poder de las letras para seducir, romper y reconstruir. Soy caprichosa con mis musas: hoy me inspiran besos envenenados, mañana pistolas humeantes, y pasado, un simple 'te extraño'. Me obsesionan los finales agridulces, las escenas que duelen pero se quedan tatuadas en la memoria.

Amo sentirme diosa y verdugo de mis personajes. Mis dedos son jueces, mis palabras, sentencia. Escribo para que me lean, sí, pero sobre todo para gritarle al vacío que existo, que ardo, que vibro. Si me lees, entras a mi mundo: bienvenido al pecado, a las noches largas, al drama exquisito.

Porque yo, Emperatrizdelpecado, no vine a escribir cuentos de hadas. Vine a escribir historias que te destruyan... y que quieras más.