No hay nada sobre mí que os interese a ustedes pues, soy humano y nada convencional. Soy la carga negativa de ésta fatídica vida, soy el halo de luz que rodea la Luna, pero nunca la protagonista de la misma vida. 
Soy amante del arte y la muerte, de la obscuridad y de Dioses, de Dioses verdaderos y puros cuya tempestad me alimenta para seguir con vida después de todas aquellas tragedias griegas que sobre mi espalda llevo. 

Me gusta el alcohol y la noche, me gusta la lectura y los versos rotos, me gusta ver almas errantes y jamás caras arrugadas. Me gusta la vida y odio a las personas contaminantes de toda belleza superficial y efímera. 
Confío en la locura que en mí abunda y la demencia me conlleva. 
Soy amiga de la soledad. Estoy casada con el dolor y mi amante es el placer, juntos tenemos dos hijos: la Luna y el Sol, no se llevan pero cuando se juntan eclipsan.

Mezcla de ingenuidad y engaño, de encanto y vulgaridad, de deprimente malhumor y optimista alegría.