"– Hablas de luto, hablas de dolor…-su rostro me respiraba en la cara.- No tienes idea por lo que estoy pasando. -
Apoyé mi mano en su pecho sintiendo su acelerado corazón. -La tengo. Veo tu dolor un reflejo del mío, cristales de una vida que ahora se clavan profundo como cuchillas. Lo sé, Ace.-
-NO. SABES. NA.DA.-gruñó con los dientes apretados
-Entonces, dímelo, háblame, no te desconectes y me dejes fuera. Si tu alma llora como la mía, deja que lloren juntas. Estoy contigo.-"
Adela, CAPITULO 12