Hoy a las 11, oficialmente llega el último capítulo de "Los hijos de nadie". Este libro no es perfecto, solo es lo suficientemente bueno, como yo. Está terminado de una manera torpe, escrito con mucha inexperiencia, porque eso es justo lo que necesitaba para crecer. Me siento agradecida con Kien y Denai, estoy feliz de poder dejar que vivan en un mundo en donde mis ideas no sean la brújula de sus pasos. Gracias gracias y mil gracias. Tengo nostalgia y felicidad en partes iguales, pero estoy alegre porque sé que los libros que vienen serán mucho mejores. Tengan bonita noche.