De esas pocas veces que elevo la mirada y observo el cielo nocturno. Encuentro un cielo de ciudad casi vacío, casi muerto, solo pocas estrellas se ven a la distancia con un brillo muy tenue, apagado. Aún así se alcanza a apreciar tres estrellas, alineadas y cercanas entre sí, sonrío pensando "El Cinturón de Orión", obsevando más parece que identifico las otras estrellas que complementan la constelación, mi sonrisa se amplía un poco más. 

Sin previo aviso un par de lágrimas se escapan de mis ojos dejando tras de sí la tenebrosa e inequívoca idea de que, a comparación del universo, mi existencia es insignificante, efímera, algo sin relevancia e importancia, un simple parpadeo en la "vida" de alguna Estella Masiva. 

Pero las lágrimas no se detienen y un dolor comienza a comerme las entrañas lentamente... 
Sí mi existencia es tan insignificante, ¿Por qué el terror y la desesperación de vivir no lo son?


-Diario de demencia de un potencial suicida