El Corazón de mi Hombre
Mis secretos le confíe, mas el nunca me despreció ni mi amistad desecho.
Cinco años juntos nos unieron, poesía, historia, el sétimo arte, deportes, mujeres,
antropología; lo que fuera, más nos unía al descubrir la similitud de nuestras almas.
Si bien nunca supere su intelecto, su físico, su carisma ni su todo perfecto,
era eso lo que me enamoraba, era eso lo que mi corazón y mente añoraban poseer.
Mis novias huyeron de mis brazos para resguardarse en los suyos, me moría de la rabia,
me moría de los celos; a el no lo odiaba por arrebatarme todo de mis manos,
odiaba a mis novias por ser amadas por mi hombre.
No era confusión, tampoco era obsesión: solo era amor, solo quería su corazón.
No era envidia, deseaba tenerlo: su cuerpo, su dulce rostro, su sonrisa,
su inteligencia, su alegría, su amor y toda su atención.
Mis secretos le confíe, mas el nunca mi amor notó. cinco años a su lado, sus lágrimas vi en varias ocasiones, mas nunca su sensibilidad demostró; mujeres compartimos, mas nunca interés por un hombre me insinuó; miles de huellas seguí y nunca una sola pista pude comprobar.
Temor, aceptación, cualquiera que fuera la situación en lo más íntimo de su ser, en la más vigilada de las celdas se encontraba el esclavo prisionero intentando escapar y la luz del mundo mirar.
Era su virilidad, su reputación la que no dejaba al esclavo dominar y aspiró de su vida desterrar; sin éxito, lo tuvo que ocultar y distorsionar; sin embargo, era una clara distorsión que mi tacto lograba codificar y amar.
Era el rehén, era la víctima del despreció secuestrada por la homofobia.
Era el quien notaba mi cariño, era el quien añoraba mis caricias,
quien se percataba de mi atención singular y deseaba juntar nuestras almas.
Mis secretos guardaban, más de los suyos propios ni siquiera se percataba.
En su coraza, mi amistad apreciaba; en la prisión en lo blando de su subconsciente,
desesperadamente mi amor libremente añoraba.
Edubii