Hola, soy Eitán el Mago.

Mis novelas, como toda obra de ficción, nacen de una mente humana intentando contar una historia. Mi mente.

En su creación he utilizado inteligencia artificial como lo que es: una herramienta de escritura definitiva. Un socio creativo que me ha ayudado a superar bloqueos, generar ideas y explorar caminos narrativos que, de otro modo, podrían haber tardado años en aparecer.

¿Significa eso que la IA escribió estas obras? No.
Significa que yo, Eitán el Mago, utilicé todas las herramientas a mi alcance para tejerlas, darles sentido y pulirlas, igual que los autores de antaño adoptaron la máquina de escribir sobre la pluma, y el procesador de texto sobre la máquina de escribir.

Pensad que, en su día, para ser escriba había que tener una caligrafía impecable.
Ese filtro hizo que muchas buenas historias se perdieran antes de poder contarse.
La inteligencia artificial, en cambio, democratiza la escritura: permite que quien tenga algo que decir pueda hacerlo con claridad, sin que la técnica o la forma sean un obstáculo.

El progreso no es el enemigo del arte, es su nuevo pincel.
La tecnología todavía no escribe historias como los humanos.
Detrás de cada palabra de estas novelas hay una decisión humana. Mi decisión.

Siempre hemos temido al futuro aferrándonos al pasado, pero vivimos un cambio trascendental. Es tiempo de escuchar nuevas voces, de aprender de lo vivido y crear algo mejor.

Estas son mis obras. Mi verdad.

Y cierro con unos versos de Vetusta Morla, de La virgen de la humanidad:

El viejo mundo baila,
se despide y va descalzo,
pero el nuevo aún
no se ha puesto los zapatos.

El viejo mundo salta
con el paso equivocado,
pero el nuevo aún
no ha salido en los diarios.

Bienvenidos a mi mundo.