Me enamoro de lo imposible. De los amores que no pueden ser, pero existen en cada palabra. De personajes que están rotos y aún así arden. Escribo con el alma en carne viva, con la lengua mordida, con los ojos que no se atreven a mirar, pero lo dicen todo.

Soy una escritora tan loca que cree que sus letras podrían ser verdad... o un error hermoso. No sé si esto que hago es porquería o arte. Pero escribo igual. Porque nada es correcto si todo fue impuesto. Porque esta loca desquiciada escribe a su manera, aunque el mundo no sepa si es un poema o un grito.

Entre la tinta y la herida, prefiero escribir con ambas.
Cuerda floja entre el delirio y la belleza.
Escribo con letras que no piden permiso.
La locura no se cura: se escribe.

Y qué mejor manera de existir...
No como la heroína que espera ser salvada,
sino como la revolucionaria que incendia su propia historia.