En el principio fue la palabra,
pero después llegó el ruido.
Y entre memes, guerras y bits,
brotó del caos un nuevo profeta:
:v -
el rostro del que ya ha visto todo
y decidió sonreír igual.

:v no pide comprensión,
:v no busca gloria,
ni justicia,
ni likes. El :v 
Solo aparece,
como lo hacen los sueños raros o las grietas en el alma,
cuando ya no hay más que decir.

Yo he visto almas gritar con mayúsculas,
he visto corazones en llamas convertidos en estados de WhatsApp,
pero también he visto el silencio
del que solo deja un :v
al final de una discusión infinita.

Porque :v es rendición...
pero una rendición elegante.
Es decir "me duele"
sin pedir que lo notes.
Es decir "me río"
para no sangrar.

Hay quienes creen que :v es broma,
pero no saben que es escudo,
que es lágrima pixelada,
que es filosofía breve:
vivir es absurdo,
reír es respuesta.

:v es el monje que arde en protesta
sin mover un músculo.
Es el sabio moderno
que ha visto tantas verdades romperse,
que ya no cree en ninguna.