Todos quieren enseñarnos a vivir.
Pero a veces, solo queremos estar más cerca del abismo conductor a la muerte de lo que imaginamos.

            Enséñame a morir en vida.
Y prometo que aún después de muerta, seguiré viviendo.
El mundo es un cementerio lleno de personas muertas con la capacidad de hablar, caminar y mentir.
Pobre de aquellos infelices que, dentro de tanta escoria, aún viven de verdad.
Cuchillos, eso es lo que tenemos camuflados en las palabras. Amamos... ¿Amamos?
No, el amor no es egoísta.
Y todos tenemos cierto egoísmo a la hora de amar.
                Somos asesinos caminando por la calle de la imperfección y el naufragio.
Dejados en una vengativa libertad condicional que busca su propio rumbo.
¿A cuántos arrastrará con ella?
          ¿Estaré ahí?
  Quién sabe, solo soy una agonizada más.
Capaz de vivir en el mundo muerto de los vivos.
 
Autora: Elizabeth Florentino.